La quinta entrega de Indiana Jones usa inteligencia artificial para mostrar a Harrison Ford en los años 40
¿Cómo se logró el efecto de rejuvenecimiento de Harrison Ford?
Harrison Ford es uno de los actores más icónicos del cine, y su personaje de Indiana Jones es una leyenda.
Por eso, muchos fans esperan con ansias la quinta y última aventura del arqueólogo, que promete ser un viaje en el tiempo por diferentes etapas de su vida.
La película, titulada Indiana Jones y el dial del destino, tiene un gran desafío:
Mostrar a Harrison Ford con el aspecto que tenía hace 40 años, cuando interpretó al héroe por primera vez.
¿Cómo se logró este milagro? Gracias a la inteligencia artificial y los efectos digitales.
En una entrevista con Stephen Colbert en The Late Show, Ford explicó que Lucasfilm usó un programa de inteligencia artificial que analizó todas las imágenes que el estudio tiene de él, incluyendo material inédito.
Así, el actor solo tuvo que actuar con unos puntos pintados en su cara, y la tecnología se encargó de aplicar su rostro joven sobre el actual.
“Tienen este programa de inteligencia artificial que puede analizar cada metro de película que posee Lucasfilm”, dijo Ford. “Debido a que hice un montón de películas para ellos, tienen todo este metraje, incluido material que nunca se imprimió, para que puedan extraer la expresión o la textura. No sé cómo lo hacen, pero ese es mi rostro real. Solo pongo pequeños puntos en mi cara, digo las palabras y lo hacen. Es fantástico”.
¿Qué tal funciona el efecto de rejuvenecimiento?
El resultado de este proceso es impresionante en algunas imágenes o clips cortos, donde se aprecia el parecido exacto entre el Harrison Ford actual y el de los años 40.
Sin embargo, cuando se ve el efecto en movimiento durante la película, la cosa cambia.
El prólogo de la película, que transcurre en pleno auge del nazismo, es donde se usa esta técnica de rejuvenecimiento.
Y es difícil no notar lo artificial que se ve el rostro de Ford en comparación con el resto de la imagen.
La textura tan perfecta de su cara contrasta con el grano del resto de los elementos, y se perciben movimientos extraños o poco naturales, como si fuera una figura animada.
De hecho, parece que la cara se mueve a una velocidad diferente al resto de la imagen, lo que crea una sensación de hiperrealismo que no convence.
Es una lástima, porque la idea de ver a Harrison Ford en diferentes épocas era muy atractiva, pero el efecto no está a la altura.
