Brendan Fraser estaba claramente conmovido y agradeció al cineasta Darren Aronofsky por darme la oportunidad de “darme un salvavidas creativo y arrastrarme a bordo de este barco tuyo llamado LA BALLENA“. tenía muchas facilidades que “no supe apreciar. Hasta que ya no las tuve”. Así las cosas, “las cosas no siempre fueron fáciles”, recuerda el actor, que triunfó en los 90 tras protagonizar películas como George of the Jungle o The Mummy.
La ballena, interpreta a Charlie, un profesor de literatura con obesidad mórbida que enseña en línea pero se niega a mostrarse a sus alumnos a través de la cámara web de una computadora. No quiere que nadie lo mire o juzgue su físico. Pesaba 272 kg y le preocupaba que su apariencia provocara rechazo. En una última oportunidad de redención, intenta volver a conectarse con su hija adolescente y restaurar su intimidad.
“La ballena me cambió física y emocionalmente”
Admitió Fraser en una entrevista por videoconferencia con varios medios internacionales, entre ellos La Vanguardia, unos días después ante una ovación de pie del público y la crítica en el festival de Venecia.
Aunque ganó peso para el papel, la mayor parte de su caracterización se basó en prótesis, maquillaje y efectos. Un trabajo artesanal que fue reconocido por la Academia de Hollywood al otorgar a la película un Oscar a Mejor Maquillaje y Peluquería.
Se unen a Fraser por el Premio de la Academia para Austin Butler y su Elvis, quien recientemente ganó un BAFTA en esta categoría. Aftersun de Paul Mescal, Living de Bill Nighty y Banshees of Inisherin de Collin Farrell.
