Eddington retrato de una sociedad
Eddington se presenta como una comedia negra enmarcada en un neowestern que exhibe con crudeza los conflictos internos de Estados Unidos. La obra de Ari Aster provoca opiniones extremas: puede ser admirada como un retrato brillante o rechazada por su carácter excesivo.
Una apuesta arriesgada de Ari Aster
La película ha sido concebida como una creación sin medias tintas, donde el director, alejado ya del terror, se orienta hacia la denuncia social. Se percibe una propuesta desbordada, una especie de “faena de puerta grande o enfermería” que se impone por su intensidad y duración prolongada.
Conflicto en el corazón de Nuevo México
La historia ha sido construida alrededor del enfrentamiento entre un sheriff interpretado por Joaquin Phoenix y el alcalde de la localidad, encarnado por Pedro Pascal. La acción ha sido ubicada durante los meses de la pandemia y envuelta en un ambiente de neowestern. Sin embargo, Eddington se distancia de referentes del género para transformarse en una sátira oscura contra la sociedad estadounidense.
Una crítica a todos los extremos
La comedia ha sido usada como arma para exponer contradicciones sociales. Se han ridiculizado los discursos de MAGA, QAnon, el extremismo de Black Lives Matter, las fake news y el peso de las redes sociales en la vida cotidiana. La película no ha mostrado concesiones: cada grupo ha sido retratado desde su faceta más radical.
Dos mitades marcadas en la narración
La cinta ha sido dividida en dos partes claras. En la primera, la violencia emocional permanece contenida y Eddington alcanza mayor fuerza. En la segunda, la narración se desata en un caos absoluto, cargado de disparos y descontrol. Este contraste resalta el carácter excesivo de la propuesta.
Actuaciones memorables y atmósfera inquietante
Phoenix ofrece un personaje que aparenta equilibrio, pero que revela fragilidad ante la presión. Emma Stone aparece como esposa doliente con un pasado oscuro y Deirdre O’Connell como suegra conspiranoica. En el otro extremo, Pedro Pascal interpreta al alcalde que representa un ascenso social amenazante para la tradición. Visualmente, Ari Aster confirma su habilidad para construir tensión con planos aparentemente intrascendentes.
Un desenlace irregular pero contundente
Eddington se percibe como un experimento valiente en una época conservadora. Aporta actuaciones sólidas y una crítica mordaz, aunque su extremismo narrativo provoca un desenlace alargado que resta fuerza a la conclusión.